6 minutos de lectura 15 ene. 2022

¿Nos tomó por sorpresa?

Por Óscar Meléndez

Consulting Partner, EY Perú

Partner de Consultoría en riesgos de EY Perú. Experto en gobierno corporativo, gestión de riesgos y control interno, con más de 15 años de experiencia internacional en diversas industrias.

6 minutos de lectura 15 ene. 2022
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Esta publicación es parte de la Revista Execution.

En tiempos de incertidumbre es necesario tomar un tiempo para reflexionar nuestros errores, aciertos y planes para futuro.

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on la palabra incertidumbre tomando forma como la nueva normal de los últimos casi dos años, en un mundo donde la figura de la pandemia, y a la que polarización política y social se suma, toca hacer un alto para reflexionar. Nos ha tomado por sorpresa una situación impensada, la cual ha disparado los niveles de incertidumbre y desconcierto en el Directorio, algo jamás vivido en los últimos 30 años para el 84% de los Directivos encuestados en el estudio “¿Directores para cambios de contexto?” de EY Perú. 

Hoy, es entendible que la población y, especialmente, el sector empresarial, tenga una sensación de desconcierto que ha llevado a la paralización o reducción de planes de inversión -de acuerdo con el 70% de encuestados. Pero el no parar para reflexionar solo nos llevará a no poder adaptarnos a la realidad, no poder crear, nos veremos separados, divididos. El temor nos expropia la mente, nos priva de la racionalidad y nos lleva a una realidad de ansiedad y angustia, donde la calma se pierde, y esta es la que hoy necesitamos para meditar y poder avanzar dentro de realidades difíciles. Justamente el 97% de los Directivos afirmó haber vivido emociones negativas, siendo la gran minoría (15%) de directorios los que han tomado medidas para abordar esta realidad.

Para el peruano la incertidumbre no es ajena y sobre ella hemos tenido grandes victorias. Debemos tener claro que somos una nación que antes de la pandemia acumulaba más de 20 años de crecimiento continuo, una hazaña mundial; sin enfocarnos en otros ratios como reservas acumuladas, deuda pública, inflación, entre otros. Todos ellos por encima del promedio regional y mundial. Afortunadamente podemos decir, a través de la historia como testigo, que el Perú ha pasado muchos periplos con todo en contra, y aun así ha sabido salir airoso. Solo recordando los últimos 60 años podríamos destacar los más de 10 terremotos mayores a 7°, los 16 fenómenos de El Niño de gran escala, los más de 29,000 ataques terroristas, la hiperinflación que llegó a 7,649% en el año de 1990, los golpes de Estado, la incertidumbre económica, política y social. Pese a todo ello, acá estamos haciendo empresa, desarrollando un país, y siendo una “estrella en ascenso” como el Fondo Monetario Internacional (FMI) nos catalogó hace unos años. Aunque hoy, solo el 3% de los Directivos vea de manera optimista la situación actual, y claro que con las variables que vivimos, es difícil pedir más.

portrait of a woman with lantern walking on sand dunes at night

20.5 millones horas/hombre perdidas

En 699 huelgas en el sector privado durante la última década (2010-2019), más que en los 20 años anteriores.  

Ahora bien, ¿la realidad que hoy vivimos es la consecuencia inequívoca e irrefrenable de una situación que se venía venir, o no? Hoy, los datos nos responden fuerte y claro. En la última década (2010-2019) hemos tenido más horas/hombre perdidas por huelgas en el sector privado que en los 20 años anteriores: un total de 20.5 millones de horas/hombre perdidas en 699 huelgas. En los últimos cinco años, la satisfacción por la democracia ha caído a 11%, la percepción de justicia sobre los ingresos ha caído a 12% y la confianza interpersonal hasta el 11%. Se han reportado 2,847 acciones colectivas de protesta que registraron violencia, la informalidad laboral se ha mantenido por encima del 72% en los últimos 10 años, alcanzando picos de 77% en el 2010 y 2020. A nivel sectorial, en el 2019, la informalidad laboral alcanzó el 96% en el sector agrario, 73% en el comercio, 64% en la industria de manufactura y 47% en la minería. El nivel de pobreza se mantuvo en el rango del 20% y 30% durante los últimos 10 años, y alcanzó nuevamente el pico en el 2020. 

Hoy, la situación se presenta difícil, pero está claro que existen oportunidades en tiempos de crisis y mucho trabajo por hacer; no solo lo vemos en el Perú, sino en países hermanos como Venezuela, donde encontramos grandes líderes haciendo empresa, apostando por su país, y teniendo éxito. La pregunta puede caer de madura, ¿cómo logro ver las oportunidades en la crisis? O ¿cómo puedo avanzar en circunstancias difíciles? ¿Cómo revertimos esta situación? 

Nuestros Directorios han transitado dos shocks externos, COVID-19 y el impacto del proceso electoral en la confianza para invertir, en un contexto de cambios cada vez más constantes que han transformado el entorno de negocios en general. Del análisis de los resultados del estudio, podemos extraer los siguientes cuatro insights para el quehacer de todo Directorio.

  • Enfocarse en el propósito del directorio

    En diversas circunstancias propias de la gestión de un negocio, y sobre todo en shocks externos que suponen un cambio de entorno, con frecuencia los profesionales en el directorio sienten el impulso de asumir su liderazgo desde la ejecución. Si bien esta es una situación compresible, su abordaje inapropiado puede exponer a la empresa a consecuencias nocivas, derivadas -en los hechos- de una confusión de roles fruto de una inadecuada segregación de funciones entre el directorio y la gerencia.

    El éxito frente a una crisis depende de diversos factores, pero la capacidad del directorio de afianzarse en el ejercicio de su encargo, que consiste en definir el norte y proveer a la gerencia de la orientación, supervisión y apoyo, es indispensable.

  • Contener la ansiedad de la organización

    La incertidumbre a la que nos expone un cambio dramático en el entorno, como lo grafica el estudio “¿Directores para cambios de contexto?”, genera altos niveles de ansiedad. Ello hace incluso más evidente la necesidad que tiene la empresa de contar con un directorio que ejerza un rol de liderazgo claro, que pueda dotar a la gerencia de un marco de contención de la ansiedad por la que atraviesa la organización. Una coyuntura como la descrita puede plantear un desafío particularmente difícil, pues la resiliencia demanda de empatía, vocación por el cuidado del otro y una gran flexibilidad, que debe comenzar desde la cabeza. Esto implica que las estructuras de gobierno también deben ser flexibles y sobre todo centrados en las personas humanas.

  • Tener una lectura más amplia del entorno

    La perspectiva desde la que se analiza una situación es determinante en la forma de abordarla. Al ser el directorio el órgano de gobierno más elevado en el plano de la gestión empresarial debe asegurarse de que la lectura desde la cual evalúa un shock externo o una crisis sea siempre la mejor en permitirle un entendimiento cabal de la realidad, pues de su interpretación depende su capacidad para hacerle frente. 

    Esto, que conceptualmente parece sencillo, resulta ser uno de los desafíos más complejos del gobierno corporativo, pues es muy difícil determinar si la perspectiva de uno mismo es la adecuada cuando lo que se observa es un panorama desconocido, complejo y cambiante de manera acelerada. De allí que se promueva cada vez más la diversidad en la conformación del Directorio ya que contar con miradas diferentes aporta perspectiva y enriquece la lectura del entorno.

    La experiencia reciente nos ha mostrado que el Directorio debe ver más allá de lo evidente, e incluso adelantarse al futuro. Y cuando se enfrenta lo que no se conoce, el reto está en alertarse de las perspectivas de las que carece, para sumarlas al colectivo en beneficio de la empresa. Esto implica, además de una conformación diversa, hacerse asesorar por expertos, incluso externos al propio directorio.

  • Evaluarse críticamente uno mismo

    En un entorno tan dinámico, incierto y retador como el actual, el Directorio debe asegurarse de que cuenta con las capacidades (procesos, herramientas y perfiles) necesarias que le permitan tener una clara y eficaz orientación hacia la acción en cumplimiento de su encargo.

    Esta noción requiere de un esfuerzo de introspección, para el cual es fundamental reservarse un espacio que le permita garantizar una dinámica de autoevaluación efectiva, orientada a la acción y a la mejora.

    Los directorios más funcionales y efectivos del mundo tienen a la autoevaluación como una práctica común. Y los principales marcos de referencia a nivel global la incluyen como una buena práctica en materia de gobierno corporativo. Ello supone contar con una metodología que sustente el proceso y convierta la autoevaluación del Directorio en una herramienta que mejore su desempeño.

Business people in meeting wearing face masks in corporate office

Resumen

Hoy en día y tras un periodo de incertidumbre y polarización política y social, los Directorios tienen la tarea de reflexionar sus decisiones y estrategias para abordar esta realidad y proyectar un mejor futuro.

Acerca de este artículo

Por Óscar Meléndez

Consulting Partner, EY Perú

Partner de Consultoría en riesgos de EY Perú. Experto en gobierno corporativo, gestión de riesgos y control interno, con más de 15 años de experiencia internacional en diversas industrias.

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