Como se sabe, la moneda del entorno económico que influye en la generación y utilización del efectivo para la mayoría de las empresas peruanas es el Sol. Lo cierto es que cualquier transacción efectuada en una moneda distinta generará una exposición al riesgo de moneda extranjera; para ser aún más claros, la utilidad de la empresa podría verse impactada por una diferencia de cambio.
La necesidad por mitigar las pérdidas por diferencia de cambio derivadas de las obligaciones abiertas (sean pasivos no coberturados oportunamente) contraídas en dólares, como pagarés comerciales, cuentas por pagar por importaciones, deuda de mediano y largo plazo, entre otros, han exigido acciones inmediatas para la gestión del riesgo de moneda.
¿Derivados?
Existen instrumentos derivados como los contratos Forwards (operación de cobertura de riesgo mediante la cual se fija el valor de la moneda en una fecha futura) y Swaps (acuerdo intercambiario financiero) que tienen por finalidad mitigar las pérdidas por el riesgo cambiario. A consecuencia de la pandemia, estos se han visto impactados. De acuerdo con el BCRP, el valor nominal de los derivados de moneda (Forwards y Swaps) negociados por las entidades bancarias y tomados por los clientes, en la mayoría de los casos, como instrumentos de cobertura, fue para finales del 2019 de aproximadamente US$433 millones (compras mayores a ventas), a finales del 2020 fue de US$3,316 millones (ventas mayores a compras) y para el 2021 alcanzó los US$3,836 millones (ventas mayores a compras); un incremento de casi 800% en los últimos dos años. Este dramático incremento en el volumen de contratos negociados durante la pandemia refleja un punto clave: las empresas peruanas han tomado más acciones reactivas que estratégicas en la gestión del riesgo de tipo de cambio.
Top 10: Lecciones para gestionar el tipo de cambio en tiempos de incertidumbre
- Establecer acertadamente la moneda de operación (funcional) para fines contables y de reporte; la pandemia ha llevado a que muchas empresas se cuestionen si su moneda es el Sol o el Dólar.
- Documentar la evaluación de la moneda funcional, un error en la definición podría llevar a futuros “restatements” de la información financiera.
- Formalizar una política de gestión de riesgos que establezca con claridad que operaciones deberán ser cubiertas, qué tipo de derivados serán utilizados, calidad de las contrapartes, autorizaciones y definir equipos responsables.
- Al usar derivados, decidir si las coberturas serán económicas o contables; para estas últimas las reglas contables brindan un tratamiento especial, pero bajo ciertas condiciones formales y de monitoreo constante de la efectividad.
- En la contabilidad de coberturas demostrar que existe una relación económica, es decir los términos críticos del derivado (fecha de inicio, nominal, vencimiento y amortizaciones) tienen que ser similares al activo, pasivo o flujo futuro que desea cubrirse.
- Realizar valorizaciones independientes del valor razonable del derivado, considerar que este valor representa el valor de liquidar o salir del instrumento.
- Contar con equipos independientes para la valorización y la evaluación de los impactos contables.
- Contar con un soporte tributario que valide la estrategia de riesgos seguida por las empresas para la cobertura; la Autoridad Tributaria puede tener una posición muy estricta con la deducibilidad de las pérdidas tomadas.
Para las empresas que así lo desearen, también pueden:
- Explorar estrategias de coberturas naturales; para esto, pueden identificarse operaciones con vencimientos y valores similares, pero de naturaleza distinta que se compensen en el estado de resultados.
- Calibrar los modelos de valorización de derivados periódicamente.