5 minutos de lectura 12 abr. 2021

¿Son los impuestos el epicentro de la recuperación económica?

Por David Warthon

Business Tax Advisory Partner, EY Perú

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5 minutos de lectura 12 abr. 2021
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Esta publicación es parte de la Revista Execution.

La recaudación de impuestos tiene mayor relevancia con la pandemia, pues asegura la provisión de servicios públicos como el de la salud

Conforme a los principios básicos del Derecho Financiero, los tributos en general (impuestos, contribuciones y tasas) siempre han sido ingresos “derivados” del Estado, en la medida que se trata de ingresos diferentes a los originados por el Estado con sus propios recursos. Aquéllos siempre han tenido como la finalidad de poder satisfacer “necesidades públicas” básicas mediante la provisión de “servicios públicos”, los cuales son financiados por “ingresos públicos” (tributos) para solventar dichos gastos. 

Toda esta ecuación que parece una dinámica natural y básica para explicar la Actividad Financiera del Estado no es una cuestión que se pueda replicar en todos los países del mundo. En efecto, en el caso de países donde los ingresos originarios no reflejan un ingreso importante (como lo son los países subdesarrollados o en vías de desarrollo), los ingresos derivados -léanse impuestos- cobran una importancia mucho mayor que en países desarrollados, donde los ingresos de los estados no se basan únicamente en los tributos recaudados, siendo de hecho importantes y más aún en épocas actuales, pero lo cierto es que no son los únicos.

Es importante describir esta serie de conceptos para tener una idea más clara de la necesidad del Estado de financiarse; lo cual nos lleva a enfocarnos en el tema principal que nos convoca en este artículo, cual es la necesidad de contar con los ingresos necesarios para el mantenimiento del aparato estatal, y en el caso del Perú, dicha situación se traduce en que tales ingresos básicamente provienen de los tributos para poder soportar dicho mantenimiento. 

De esta manera, si los impuestos son el eje central respecto de la actividad financiera del Estado de manera clásica, la importancia que recobra la recaudación en una época de pandemia causada por la COVID-19 resulta pues, mucho mayor y preponderante, especialmente si se trata de un país como el Perú.

Y esto es una realidad que no podemos deslindar u obviar, es decir, sin una recaudación constante y suficiente, la actividad del Estado puede verse menoscabada y perjudicar todo el devenir del Estado en cuanto a la provisión de servicios públicos, incluyendo los de salud que hoy en día devienen en los más importantes y necesarios. 

Por tal motivo, los tributos en general son el eje fundamental para la economía en estas épocas de pandemia, pero su importancia no deriva de la mera o sola recaudación mayor que pudiera tenerse sino también en la posibilidad que el Estado dicte medidas que ayuden a poder ser competitivos y además mantenerse en una época en la cual, muchos negocios han estado a punto de cerrar, pero que la política tributaria ha ayudado tal como lo vamos a ver a continuación, donde trato de destacar tres ideas fundamentales.

Los tributos en general son el eje fundamental para la economía en estas épocas de pandemia, pero su importancia no deriva de la mera o sola recaudación mayor que pudiera tenerse, sino también en la posibilidad que el Estado dicte medidas que ayuden a poder ser competitivos y promover e impulsar la economía.
David Warthon
Business Tax Advisory Partner, EY Perú

No siempre el impulso a la economía consiste en la mayor recaudación

No siempre el impulso a la economía desde el punto de vista fiscal consiste en la mayor recaudación a través del aumento de cargas fiscales o de la creación de nuevos impuestos. En primer lugar, es un hecho que más de 138 países han dictado medidas tributarias con motivo de la de la pandemia por la COVID-19, en diferentes aspectos. Normalmente, diríamos que las medidas tributarias decretadas prácticamente por todo el mundo para impulsar la economía, deriva de medidas que promueven una mayor recaudación a través, tanto de impuesto directos como indirectos, o estableciendo nuevos gravámenes a ciertos sectores más favorecidos de la economía (que en toda crisis siempre existen), exigiéndole una mayor carga fiscal pero no es así. 

Las medidas tributarias pueden basarse en cuestión de política fiscal no vinculadas siempre con recaudar más, sino que pueden promover e impulsar la economía a través de medidas que permitan: el diferimiento de pago de impuestos, prórrogas para la presentación de obligaciones tanto sustanciales como formales, subsidios para el pago de tributos personales y laborales. Incluso hasta posibilidad de poder “arrastrar” pérdidas más allá del tiempo que la norma general prevé, con el fin que el 2020 no sea año que no se recupere desde el punto de vista tributario en cuanto a la aplicación de créditos y/o escudos tributarios, entre otros.

Por ejemplo, en el caso del Perú, ocurrió todas las anteriores; puesto que se difirieron los pagos del Impuesto a la Renta a la medianas y pequeñas empresas, así como personas naturales (individuos). Se subsidió un 35% para las retenciones de algunos trabajadores en cuanto a determinados salarios, algunas prórrogas en cuanto a la presentación de obligaciones formales; así como excepcionales políticas de “depreciación” o pérdidas a ser recuperadas en una mayor cantidad de años. 

Lo expuesto nos lleva a concluir que las políticas tributarias en épocas complejas (como lo es esta) se basan en recaudar más para que el Estado gaste más y de manera focalizada; sino que más bien ahora es un punto principal de la economía y se erige como un pilar esencial en el impulso económico de un país. En este caso, el hecho de dar algunas ventajas -difiriendo en vez de recaudando- inyecta oxígeno a las empresas a través de la mayor “caja” disponible las cuales serán destinadas para el mantenimiento de las empresas en el Perú. En otras palabras, si el Estado recauda más, las empresas tendrán menos posición de pago de sus diversas obligaciones, por tanto, al no haber los ingresos comunes al tratarse de una de las épocas más complejas que nos ha tocado vivir, si bien el Estado tendrá más ingresos, ello no garantiza que las empresas puedan sobrevivir.

El hecho de dar algunas ventajas -difiriendo en vez de recaudando- inyecta oxígeno a las empresas a través de la mayor liquidez disponible la cual será destinada para el mantenimiento de las empresas en el Perú.
David Warthon
Business Tax Advisory Partner, EY Perú

Por el contrario, si las empresas cuentan con mayor flujo de “caja”, que inicialmente estaba destinada para pagar tributos, y el Estado proporciona mecanismos para que dichas empresas puedan contar con ese dinero y reinvertirse en el mismo negocio, siempre y claro está que éstas sean destinadas a favorecer a todos los sectores intervinientes en todas las cadenas de un negocio: trabajadores, clientes, proveedores, entre otros. También se estaría dictando una política tributaria para inyectar dinero a la economía y poder salvaguardar determinadas empresas, pero esta vez a través del manejo de su propia caja, pudiendo diferir las obligaciones con el Estado. Nótese que no hablamos de condonaciones o exoneraciones, sino de meras políticas en las que las empresas puedan disponer de “caja” mientras la crisis se comienza a levantar paulatinamente y los índices económicos a equilibrar.

Podemos concluir que una “política tributaria” en época de pandemia o en época de crisis, no es siempre sinónimo de mayor recaudación (como mucha gente cree y sugiere). Por el contrario, dicha política lo que hace es inyectar directamente la posibilidad de que las empresas puedan contar con recursos sin necesidad de endeudarse, pero eso sí, siempre respetando la finalidad y el uso de tales recursos en políticas previamente establecidas y que vayan todas en dirección del impulso de la economía.

Transformación digital tributaria

En el caso, no solo del Perú sino de la mayoría de las jurisdicciones, la idea de la innovación tecnológica y la interacción entre Estado y Contribuyente (técnicamente denominada “relación jurídico-tributaria”) se ha desarrollado de una manera abrupta dada las circunstancias (necesidad de que la interacción con el fisco sea virtual). En este tema, el Perú no ha sido la excepción y considero que en líneas generales hay un resultado bastante positivo. Sin embargo, debemos apuntar a un sistema más dinámico y no solo vinculado a las cuestiones formales tributarias (factura electrónica entre diversas variantes digitales de simple verificación), sino que además de aquéllas todas las cuestiones sustanciales puedan ser manejadas de maneras virtual con la apertura necesaria que una situación como la actual conlleva a tal conclusión. En nuestro caso, cuestiones tan básicas como la celeridad de los procesos de forma digital, la posibilidad de reconocer los documentos enviadas de manera digital como válidos (presunción de veracidad), así como cualquier otra obligación o interacciones que se tenga con la Administración debe ser evaluada considerando criterios de razonabilidad y proporcionalidad.

Combatir la informalidad 

Combatir la informalidad implica recaudar más o impulsar la economía sin necesidad de reforma alguna. Por último y no menos importante, debemos considerar que la informalidad en el Perú tiene una tasa tan alta (bordea el 80%), que ampliando la capacidad del Estado de poder incluir en el mundo de los impuestos a la masa informal que atraviesa todos los ámbitos económicos, no habría una necesidad -al menos hoy- de necesitar hablar de reformas tributarias o cambios al sistema tributario (aun cuando siempre puede haber ajustes que hacer y oportunidades de mejora). En otras palabras, este nuevo matiz de recaudación, que no es otra cosa que ampliar el mundo de contribuyentes con las leyes ya existentes, solventaría el gasto público en una época de pandemia como la que venimos atravesando.

Combatir la informalidad implica recaudar más o impulsar la economía sin necesidad de reforma alguna.
David Warthon
Business Tax Advisory Partner, EY Perú

Resumen

Los impuestos son el eje central de la actividad financiera del Estado de manera clásica, toman mayor importancia en esta época de pandemia por la COVID-19. Sin una recaudación constante y suficiente, la actividad del Estado puede verse menoscabada y perjudicar la provisión de servicios públicos, como el de la salud que, hoy en día, deviene en los más importantes y necesarios.

Acerca de este artículo

Por David Warthon

Business Tax Advisory Partner, EY Perú

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