Al respecto, cabe señalar que hace varios años no han existido modificaciones estructurales a la legislación tributaria minera, siendo el mismo marco normativo el que ha permitido actualmente una mayor recaudación simplemente por el alza de los precios de los minerales, lo que refleja que aun cuando existan espacios para mejorar el sistema, éste se debe mantener.
Aquí una acotación importante en cuanto a la medición o comparación en la región respecto a la “competitividad en materia minera”. Creo que dicho concepto, además de incluir una comparación de regímenes tributarios como tasas y demás variables tributarias que se han detallado en los párrafos precedentes y pueden ser muchas y además muy técnicas, deben medirse incluyendo algunas otras aristas como, por ejemplo: (i) accesos de barrera al negocio minero en general; (ii) predictibilidad de las actuaciones por parte del ente recaudador (SUNAT); (iii) disminución de la litigiosidad; (iv) regímenes de incentivos fiscales para la inversión minera (devolución anticipada y/o definitiva del IGV por ejemplo); (v) temporalidad y aplicación de escudos fiscales, no siendo una lista definitiva sino que más bien podría incluir situaciones particulares por la legislación específica de cada país que no será la misma.
Es importante apuntar que, en cuanto a la perspectiva de lo que se viene, conforme a lo señalado en el Mineral & Mining Convention - PDAC 2022 realizado hace algunos días en la ciudad de Toronto (Canadá), el Gobierno peruano estaría trabajando para prevenir los conflictos sociales en torno a la industria minera, conforme lo señaló la ministra de Energía y Minas.
Se aseveró, además, que se está trabajando para habilitar siete proyectos por US$ 4,400 millones este año, situación que sería muy relevante para la inversión actual que se encuentra en una etapa de incertidumbre.
En consecuencia, la perspectiva peruana en cuanto al desarrollo minero (que a su vez redunda en una recaudación sostenida e importante) podría tener un buen horizonte si se cumplen dos situaciones que están intrínsecamente entrelazadas, puesto que de ocurrir lo contrario será inevitable una caída en la recaudación tributaria.
En primer lugar, es importante mantener la producción sostenida resolviendo los conflictos sociales que actualmente no han sido gestionados de la mejor manera. Objetivamente, podemos notar que la conflictividad social no es una cuestión propia de este Gobierno, puesto que siempre han existido conflictos sociales y eso es evidente, no obstante, la situación actual requiere gestionar de manera óptima salidas rápidas, efectivas y que puedan convocar a las dos partes respecto a sus expectativas, hecho que es el principal reto de este Gobierno para el ámbito minero.
En segundo lugar, se debe incentivar el desarrollo de los proyectos en cartera que están identificados, pues esto aseguraría que se aumente la producción y, de existir una caída de precios internacionales de los minerales, la mayor producción pueda compensar esta disminución, teniendo como consecuencia que ante una recaudación exitosa, se puede realizar una mayor transferencia de recursos a los Gobiernos Locales y Regionales, que pueden ser utilizados en obras de infraestructura que el Perú tanto necesita.