Las energías renovables existieron durante siglos, pero empezaron a ganar atención en las últimas décadas y se convirtieron en un tema de urgencia en la agenda global en los últimos años por su rol fundamental en la carrera contra el cambio climático. Son cada vez más los países que adoptan e implementan políticas, programas y metas para promover su uso y aumentar su participación en la matriz energética.
¿En qué etapa de implementación está la Argentina? ¿Cuál es el camino que debería seguir para aprovechar la oportunidad? ¿Cuáles son los desafíos que existen y que se pueden presentar? De todo eso se habló en el segundo capítulo de Energía, el summit anual organizado por La Nación, en el cual los referentes del sector dieron sus miradas y debatieron sobre las claves de la transición energética.
Abrió el evento Gustavo Kurgansky, Socio a cargo del Centro de Excelencia de Energía de EY Argentina, en un mano a mano con José Del Rio, secretario general de redacción de La Nación.
“Estamos en una fase crucial de la transición energética. Muchos países están implementando políticas de apoyo a la adaptación a las nuevas tecnologías y esto implica grandes desafíos”, resumió Kurgansky. “La adaptación al cambio tiene que ver con las regulaciones gubernamentales pero también con el mindset que supone pasar de una energía tradicional de hidrocarburos a una energía solar o eólica”, agregó.
Para el especialista en finanzas, los principales desafíos en el camino hacia la emisión cero neta de carbono radican en cuatro pilares. El primero es la eficiencia operativa: modernizar la cadena de valor y expandir las redes de distribución y la infraestructura existente para lograr una energía menos costosa. Este también supone el apoyo de políticas coherentes y la evolución de los centros de almacenamiento de energía.
La segunda gran cuestión, identificó Kurgansky, es la disponibilidad del capital. “El cambio solo es posible con una movilidad del capital hacia la inversión en estas tecnologías innovadoras”, dijo.
El tercer pilar de la temática es la sostenibilidad ambiental. “La emisión cero neta de carbono pareciera ser una cuestión de largo plazo, pero el objetivo internacional está fijado para 2050″, reflexionó. Así y todo, se mantiene positivo. “Hay mucho por hacer pero también hay mucho recorrido”.
El cuarto y último pilar que identificó Kurgansky es el crecimiento y la transición efectiva. En este sentido, ante la pregunta de José Del Rio sobre qué tan real es el fin de la era de los hidrocarburos, el socio de EY respondió que no es tan literal: “No es un fin total. De hecho, la Agencia Internacional de Energía prevé que alrededor de un 18 % de la demanda primaria en el 2050 va a provenir todavía de hidrocarburos”.
De cara a dónde poner el foco, en un sector que comprende a tantos, Kurgansky no dudó en afirmar que la clave del éxito está en el consumidor final. “Hay un cambio de paradigma en este tipo de mercados. Hasta hace poco el consumidor creía que iba a comprar la energía que sea menos costosa, pero hoy no es así. Varias encuestas que demuestran que la intención del consumidor va al producto más sostenible, no necesariamente es el menos costoso”.
Kurgansky finalizó con una frase que sintetiza la importancia de priorizar el avance hacia el cambio. “La energía se emcamina a ser el motor que va a llevar al país adelante”.