Mujeres talentosas en Asesoría en Transacciones, Fusiones y Adquisiciones

Nunca pensé que terminaría trabajando en transacciones. Durante mis días de universidad, tenía mucha curiosidad sobre cómo las empresas establecen sus estrategias de crecimiento en torno a las fusiones y adquisiciones, pero nunca pensé en trabajar en ese espacio. Supongo que mi corazón me ha llevado a donde se supone que debo estar porque me encanta!

No voy a mentir, el trabajo es exigente, especialmente cuando tenemos una fecha límite. Pero con el apoyo de mi equipo puedo equilibrar el trabajo con mi vida familiar, personal y social. Se trata realmente de saber cómo priorizar y gestionar las expectativas de mis jefes y compañeros de equipo. La mayoría de las veces, muestran con gusto su apoyo en todos los aspectos de mi vida.

No puedo enfatizar lo suficiente lo globalmente conectado que es EY. Actualmente estoy trabajando en un proyecto de Energía y Servicios Públicos con sede en Malasia, lo que significa que estoy constantemente en contacto con los líderes de la industria en el Reino Unido, Australia y Singapur. Es genial porque nos anima a aprender unos de otros. También es genial saber que cuando he terminado por el día, el trabajo continúa, porque puedo pedir el apoyo de mis colegas de todo el mundo. Significa que los clientes nos ven como colaborativos y con una sorprendente capacidad de respuesta!

Su empleador se convierte en parte de su propia marca, por lo que es importante que tengan un propósito claro que esté alineado con sus propias creencias. Creo sinceramente que las empresas pueden cumplir un buen propósito junto con la búsqueda del beneficio. El propósito de EY está incrustado en su cultura y en su marca a nivel mundial, no sólo en las palabras de una página – y esto me motiva.

Para progresar en la carrera, se necesita una puerta abierta. Sí, estoy mezclando metáforas aquí, pero es la mejor manera de describir mi experiencia. Mi progreso profesional ha sido ininterrumpido gracias a un consejero comprometido, un socio y un supervisor directo, quienes siempre tienen sus puertas abiertas para mí. Esto permite discusiones oportunas sobre dónde estoy y qué necesito mejorar para mi próxima progresión profesional.

Hacer algo nuevo puede ser desalentador al principio. Pero sé que necesito desbloquear nuevas habilidades para crecer profesionalmente, y estoy agradecida de que EY me dé esas oportunidades. Mi socio a cargo nunca ha dudado de mi capacidad para asumir un nuevo reto, aunque no tenga experiencia previa, y su confianza me permite superar mis límites y destacarme.

Algún día espero convertirme en socia y seguir teniendo el control de mi vida. Se trata de integrar todos los aspectos de mi vida. El trabajo es exigente, pero la clave es establecer prioridades y gestionar las expectativas. Veo a los socios que lo hacen funcionar y veo cómo funciona para mí ahora. Es factible.

Voy a cumplir cuatro años en EY y nunca, ni siquiera por un día, me han tratado como si fuera de segunda clase porque soy una mujer. Trabajo con un gran equipo, que está abierto y dispuesto a compartir experiencias entre sí y reconoce las fortalezas y capacidades individuales, sin importar el género o cualquier otra cosa. Todo el mundo tiene el mismo acceso a las oportunidades y al crecimiento, siempre y cuando se desempeñen.

EY es una meritocracia: si lo hago bien, seré recompensada. Empecé en EY como analista principiante. Desde entonces he sido ascendida dos veces y ahora soy gerente. EY es meritocrático – tanto en términos de compensación como de progresión profesional – así que me siento como si estuviera a cargo de mi propio destino. La ventaja adicional es que con cada paso adelante vienen nuevos retos y responsabilidades.

Es importante para mí sentir un sentido de propósito en mi trabajo. Mis intereses personales y mi éxito en EY están encapsulados en un único y claro propósito: ayudar a los clientes a hacer que sus negocios sean exitosos para lograr sus objetivos estratégicos. Es igualmente importante saber que esta ética es compartida por mi empresa. Creo que lo es.

Soy realista: los plazos ajustados son parte del trabajo en fusiones y adquisiciones. Pero la flexibilidad puede funcionar en ambos sentidos. Necesito estar preparada para trabajar horas intensas. Sin embargo, he aprendido a tomarme un tiempo para descansar entre proyectos, lo cual es alentador. EY reconoce la importancia del trabajo flexible en términos de dónde y cuándo se realiza el trabajo (siempre y cuando se haga), lo que facilita la gestión de los compromisos personales.

Mi estancia de tres meses en Milán con EY fue una experiencia invaluable. Me expuso a nuevos y más grandes clientes y amplió mis conocimientos técnicos. También adquirí experiencia en un nuevo sector y pude realmente explorar mi interés personal en conocer cómo funcionan las empresas mirando sus finanzas. El entrenamiento y la tutoría de colegas experimentados también me ayudó mucho a crecer profesionalmente.

La mentalidad global de la gente de EY es realmente inspiradora. El entorno abierto, internacional y de colaboración es muy valioso. Además de mis propias experiencias en Milán, he visto a varios colegas trasladarse a otras oficinas de EY, ya sea temporal o permanentemente, y trabajo regularmente con personas de todo el mundo, dependiendo de mi cliente.

Mi lema: hazlo todo lo mejor que puedas, con orgullo, y el resto te seguirá. Con esta mentalidad siento que puedo convertirme en una socioa si así lo deseo. Estoy segura de que podría manejar mi equilibrio entre el trabajo y la vida personal dando prioridad a mi trabajo y confiando en mi equipo. Pero todavía hay muchas decisiones que tomar antes, tanto en mi vida personal como profesional.