Los asistentes virtuales llevan ya un buen tiempo entre nosotros: emergieron durante la pandemia obteniendo una gran exposición, porque permitían realizar transacciones o consultas sin necesidad de contacto. Con la aparición de ChatGPT este tipo de tecnología vuelve a aparecer en el radar de todos demostrando algunas capacidades que parecen ser ciencia ficción.
ChatGPT se encuentra dentro de las herramientas conocidas como Inteligencia Artificial Generativa (Generative AI), una inteligencia artificial que utiliza sonidos, códigos, imágenes, videos y textos para generar resultados nuevos basados en un set de entrenamiento previo y en un algoritmo que puede aprender y reproducir el lenguaje natural.
Lo particularmente potente de ChatGPT es la capacidad de respuesta en segundos, integrando distintas fuentes y logrando una respuesta (en general) consistente. No obstante, también hay que reconocer que se trata de una tecnología emergente, que puede potenciar la capacidad de trabajo de las personas, por lo que también hay que entender, al menos mínimamente, cómo sacar el máximo provecho. Diariamente podemos ver en redes sociales “buenas prácticas” para escribir los “prompts” o consignas que se realizan, notando que la posibilidad de obtener mejores resultados depende fuertemente de este aspecto.
A nivel empresarial, puede asistir tanto en los procesos de front office atendiendo a clientes y dando respuestas en lenguaje natural, mientras que en el back office puede dar apoyo en distintas áreas.