Las enseñanzas extraídas de la aplicación de NextGenerationEU han puesto de relieve la capacidad de la Unión Europea para dar una respuesta presupuestaria rápida y sustancial en tiempos de crisis. Las medidas proactivas adoptadas no solo han mitigado las consecuencias económicas de la pandemia de COVID-19, sino que también han sentado las bases para hacer frente a futuras crisis.
Superada la pandemia, están surgiendo nuevos desafíos en un mundo geopolíticamente complejo. Las tensiones geopolíticas, así como la agresión injustificada de Rusia contra Ucrania, convierten la seguridad y la defensa en un gran desafío para la UE. La competitividad de la UE, tal y como la define la Comisión Europea, está cada vez más rezagada con respecto a otras jurisdicciones importantes como Estados Unidos, lo que sugiere que se necesitan reformas estructurales. Además, el mercado único es uno de los elementos que aportan mayor riqueza al proyecto europeo y deben introducirse medidas para protegerlo.
Por todo ello, el primer paper de “European Economy Insights” plantea tres propuestas a la Unión Europea, tras NextGenerationEU. Se trata de un Mecanismo de Seguridad y Defensa de la UE, un Instrumento Presupuestario para la Convergencia y la Competitividad y un Mecanismo del Mercado Interior de la UE para las Políticas Industriales. Los tres, con el objetivo de reforzar la autonomía estratégica, la resiliencia económica y la integridad del mercado de la UE. Por lo que se refiere a Defensa, de acuerdo con los autores, debido a su naturaleza sensible, esta industria ha estado sujeta al control del Estado, ralentizando o incluso dificultando la cooperación transfronteriza. Esta fragmentación del mercado no solo es un problema desde el punto de vista de la seguridad, sino también desde el punto de vista financiero. Como se afirma en el informe Letta, "mientras apoyaban a la resistencia ucraniana, los europeos gastaron cantidades sustanciales, pero alrededor del 80% de estos fondos se gastaron en materiales no europeos. Por el contrario, Estados Unidos obtuvo alrededor del 80% del equipo militar utilizado para apoyar la guerra en Ucrania directamente de proveedores estadounidenses, una gran diferencia que pone de manifiesto la debilidad de nuestro enfoque". Por todo ello, el paper anima al impulso de economías de escala que faciliten la puesta en común de la producción de equipos de defensa entre empresas europeas construyendo sobre el mecanismo de refuerzo de la industria europea de defensa (EDIRPA), con una financiación reforzada. A su vez, plantea la creación de estructuras comunes europeas centradas en la defensa, siguiendo los modelos de “EU Rail” y el “Single European Sky ATM Research”.
Respecto al impulso de la competitividad, los autores recuerdan que ya en 2019 el Eurogrupo identificó la necesidad de diseñar un Instrumento Presupuestario de Convergencia y Competitividad (BICC). Un instrumento financiero para promover las reformas estructurales en los Estados miembros de la UE que los autores proponen considerar recuperar, incorporando los aprendizajes identificados en el diseño y ejecución del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, y el nuevo modelo de gobernanza económica europeo derivado de las nuevas reglas fiscales. Finalmente, en materia de política industrial, la creciente fragmentación geopolítica, la falta de respeto a las normas de la Organización Mundial del Comercio y la militarización económica de las ayudas estatales por parte de otras jurisdicciones importantes, como Estados Unidos y China, de acuerdo con European Economy, han alterado significativamente el enfoque de la UE sobre las políticas industriales, que son de naturaleza cada vez más vertical. El ya mencionado Informe Letta plantea también un mecanismo de contribución a las ayudas estatales, que obliga a los Estados miembros a destinar una parte de sus fondos nacionales a la financiación de iniciativas e inversiones paneuropeas. Estos fondos, junto con otros mutualizados, se plantea en el paper que puedan ser usados para financiar Proyectos importantes de interés común europeo (IPCEI).
De acuerdo con los autores, estas iniciativas deberían basarse en los siguientes principios: 1) centrarse en las necesidades públicas actuales y futuras de la UE, como la defensa y la competitividad; 2) basarse en el trabajo y los acuerdos anteriores de las instituciones de la UE; 3) garantizar la sostenibilidad financiera; 4) promover la viabilidad política; 5) abordar los principales retos de la UE; 6) racionalizar los marcos de gobernanza de la UE; 7) no retrasar los esfuerzos nacionales de consolidación presupuestaria, y, finalmente, 8) encontrar un mix apropiado de instrumentos de apoyo público, con más espacio para incentivos fiscales, aprendiendo de las iniciativas más recientes.
Para financiar estas medidas, este primer paper de “European Economy Insights” aboga por reforzar el papel de la UE como emisor permanente en los mercados financieros, optimizar el uso del Mecanismo Europeo de Estabilidad, reformar las políticas del Banco Europeo de Inversiones para apoyar mejor a los sectores estratégicos, reasignar los fondos del NGEU no absorbidos para 2026 y aprovechar las inversiones privadas a través de instalaciones públicas bien diseñadas.
Estos mecanismos de financiación podrían proporcionar un apoyo financiero sólido para afrontar los desafíos que enfrenta la UE, manteniendo al mismo tiempo la responsabilidad presupuestaria y promoviendo beneficios a escala de la UE.
Este primer documento ha sido elaborado por Judith Arnal, Senior Research Fellow del Center for European Policy Studies y del Real Instituto Elcano, con la colaboración de Juan Pablo Riesgo, socio responsable de EY Insights; Chus Escobar, socia responsable de Sector Público de EY; e Ignacio Niño, Senior Advisor de EY.