La mayoría de los consumidores siguen a las personas en las redes sociales por el contenido que producen, no porque sean famosos. Son los microinfluencers, los expertos en nichos y las comunidades en línea los que impulsan el comportamiento, no el respaldo de las celebridades (que, en el mejor de los casos, solo impulsan una visión macro de la marca y, en el peor, se consideran poco auténticos).
Las demostraciones y discusiones de productos que tienen lugar en los espacios sociales online tienen un impacto directo en los comportamientos de compra de una manera que el marketing tradicional nunca podría lograr. Dan a todos la oportunidad de compartir consejos, experiencias y reseñas. Las personas confían en lo que dicen sus influencers favoritos y compran los productos que recomiendan.
Muchas marcas han luchado por adaptarse a este nuevo mundo, donde tienen menos control sobre lo que se dice de ellas y donde lo que quieren decir puede perderse en el ruido. Sin embargo, esto también es una oportunidad, si pueden crear una conversación bidireccional con el consumidor para ayudar a dar forma a sus propias estrategias de innovación y compromiso.
Aquellos que son hábiles para escuchar el flujo de información, y saben cómo y cuándo participar mejor, pueden recopilar comentarios invaluables sobre sus marcas y lo que podría mejorarlas.
Influir en las futuras elecciones de consumo
Las empresas de productos de consumo que quieran centrarse en el consumidor deben crear una relación auténtica y efectiva con la economía de los influencers. La mayoría está invirtiendo en la construcción de estas relaciones, pero deben ser cautelosos sobre cómo seleccionan y administran a los influencers, y cómo monitorean su desempeño. ¿Quién es el más adecuado para la marca, sus valores y las aspiraciones de su público objetivo?
Las marcas pueden maximizar su retorno de la inversión en marketing interactuando con un mayor número de microinfluencers y las plataformas que utilizan, en lugar de comprometerse con relativamente pocas personas. Pero con un grupo más grande, hay más riesgo. Las empresas necesitan gestionar el rendimiento de los influencers a un nivel nuevo y detallado, para medir el impacto que tienen en la marca y en las compras.
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"Ya he aceptado demasiadas cookies; todas las cosas, con moderación".
Muchas marcas han confiado en cookies de terceros para sus estrategias de marketing digital. Algunos consumidores estarán encantados de ver la parte posterior de ellos. Pero eliminarlos gradualmente podría resultar en un caos, con un marketing disperso que expondría a los consumidores a experiencias y ofertas irrelevantes. Esto no le sirve a nadie. Las marcas necesitan encontrar mejores formas de mantenerse visibles y conectadas con su público objetivo.