Cómo la innovación puede desbloquear el poder de los datos para brindar atención basada en el valor

Las organizaciones cuentan con las herramientas para ofrecer una mejor experiencia de salud personalizada, pero el ecosistema necesita colaborar para construir este futuro.

A pesar del enorme potencial de esta visión, hasta la fecha la industria ha logrado avances limitados en el viaje desde el legado sistema de salud “analógico” del pasado, a través de la atención digitalizada y conectada al sistema de salud verdaderamente inteligente del futuro, el IHE. El mayor obstáculo al que nos enfrentamos no son las limitaciones tecnológicas, sino las limitaciones humanas. Si bien la tecnología se mueve a un ritmo exponencial, hay poco movimiento en la alineación de las diferentes necesidades de los stakeholders de la industria. La desalineación continua en lo que los stakeholders valoran, priorizan e invierten nos impide avanzar hacia el ecosistema más conectado que puede transformar la atención.

Los modelos interoperables no solo pueden sobrevivir sino prosperar cuando los stakeholders pueden acceder a los datos de los demás, conectándolos y combinándolos con los suyos para crear un valor agregado que luego se comparte de nuevo en el ecosistema. Una vez que los stakeholders entienden esto, la necesidad de una mejor alineación se vuelve obvia. Desafortunadamente, esta no es la base sobre la que se han construido los modelos de negocio históricos de la industria: este es el quid del desafío para las empresas que intentan realizar un modelo de futuro diferente y mejor.

Sin embargo, los distintos stakeholders no están en un juego de zero-sum. Si pueden reconocer la interdependencia en sus objetivos y adoptar ese enfoque colaborativo, una barrera importante para el desarrollo de la IHE desaparecerá rápidamente. En lugar de un modelo donde grandes cantidades de datos sean albergados por diferentes stakeholders, necesitamos un modelo donde los stakeholders puedan hacer un uso interdependiente de datos detallados específicos de un “viaje del paciente” individual dentro de un área terapéutica específica, utilizando estos datos para tomar mejores decisiones y lograr mejores resultados para todos.

Por qué la atención basada en el valor puede unir a los stakeholders

Las ventajas de la atención basada en valores (VBC, por sus siglas en inglés) han sido ampliamente reconocidas en la última década y los principios de la VBC ahora son fácilmente aceptados por la mayoría de las partes. El punto de inflexión para que la VBC logre la escala es la cuestión de “lo que se acuerda que sea valioso”. La interdependencia en el objetivo y el acuerdo sobre el valor darán a los stakeholders un marco significativo para comprender y construir un valor compartido mutuo. Los modelos VBC permiten esta interdependencia: necesitan convertirse en el modelo estándar para alinear a los stakeholders. Sin alineación a través de la VBC, el viaje de inversión e innovación de la industria se puede comparar con un barco a la deriva sin timón. Una vez que la VBC alcanza escala, la industria puede por fin comenzar a dirigir la utilización de la tecnología de salud hacia el objetivo de brindar salud inteligente en el IHE.

Hoy en día, el Panel de Innovación del Ecosistema de Salud Inteligente de EY muestra la actual falta de dirección en el patrón de inversión de la industria en nuevas tecnologías. Si bien las organizaciones han iniciado una amplia gama de programas piloto con nueva tecnología en los últimos años, estos programas aún no han madurado a la escala y el nivel de interoperabilidad que podría tener implicaciones que cambien el juego. Esta falta de historias de éxito transformadoras a su vez disuade a las organizaciones de hacer las grandes apuestas que pueden desatar el potencial de estas nuevas tecnologías y poner en marcha una nueva ola de crecimiento radical.

Considera tres ejemplos de nuevas tecnologías que han ganado aceptación general y han logrado cierta tracción en el mercado.

• Primero, inhaladores inteligentes. Estos productos toman el tradicional inhalador “analógico” utilizado para controlar las enfermedades respiratorias y le construyen sensores que pueden capturar y retroalimentar datos sobre cómo el paciente está usando el medicamento, con el objetivo de mejorar su efectividad.
• De igual manera, los implantes que se han utilizado durante mucho tiempo en reemplazos articulares ahora se están aumentando con sensores instalados que pueden rastrear cómo avanza el paciente con el nuevo implante y comunicar estos datos a un equipo de atención.
• Y también hemos visto un papel mayor para los equipos de atención virtual en el mayor abrazo de la telemedicina y herramientas como el triaje digital impulsado por un chatbot para pacientes.

Cada uno de estos tres ejemplos ha permitido algunas mejoras en la atención. Sin embargo, no han provocado ninguna revolución importante en la atención respiratoria, el reemplazo articular o el acceso de los pacientes a la atención. Para entender por qué el impacto ha sido incremental en lugar de radical, considere un patrón que vemos repetidamente en la naturaleza y en los negocios por igual: la curva en S. Los nuevos productos e innovaciones a menudo ofrecen un rápido crecimiento a medida que logran una adopción generalizada – luego viene un período de estabilización y mesetas de crecimiento. En este punto se avecina eventual declive y extinción para el producto. Las organizaciones a menudo intentarán retrasar este destino, refinando el producto, digitalizando las estructuras operativas existentes para mejorar las eficiencias y extender la curva de rendimiento de un producto. La digitalización de productos y servicios en la industria de las Ciencias de la Salud y el Bienestar en la actualidad parece un intento de prolongar la vida de mercado de estos bienes.

El verdadero objetivo, sin embargo, no debería ser demorar sino evitar la extinción. Esto necesita que las organizaciones sean más ambiciosas y piensen más allá de simplemente optimizar el producto existente. Necesitan desbloquear la innovación de una manera que les permita avanzar a la siguiente curva de crecimiento ascendente. Esto es un desafío – lo que ha contribuido al éxito hasta la fecha es poco probable que sea lo mismo en el futuro y los inversionistas tanto privados como públicos (incluidos los gobiernos como custodios del monedero público) exigen rentabilidad.  En la salud, dicho salto requiere un enfoque y alineación ecosistémicos, habilitados por VBC como se describió anteriormente. Si la industria y sus stakeholders pueden lograr esta alineación, pueden desbloquear bucles de retroalimentación positiva de innovación y adopción que se elevan a través de sucesivas oleadas de crecimiento de la curva en S.

En este enfoque ecosistémico, las innovaciones digitales se convertirán en algo más que soluciones puntuales independientes, conectándose a un sistema más amplio y potente de atención basada en datos y entregada por tecnología. El inhalador inteligente y sus flujos de datos pasarán a formar parte de una red de sensores interconectados que brinden una mejor atención en tiempo real al paciente; por ejemplo, los sensores en el hogar analizarán la calidad del aire y los datos meteorológicos, identificarán los riesgos respiratorios y señalarán la necesidad de que el paciente use el inhalador. En un futuro posterior, a medida que el IHE se haga realidad, la detección, la predicción y la intervención ocurrirán aún antes, tal vez sin necesidad de ninguna acción por parte del paciente: los implantes bioelectrónicos podrían detectar desencadenantes inflamatorios neurológicos y desarmarlos antes de que se vuelvan sintomáticos.