Durante siglos, la industria de seguros ha ofrecido protección contra las amenazas más graves que enfrentan las personas, las familias, las empresas y la sociedad en general. Hoy en día, una combinación de cambios económicos, tecnológicos, competitivos, demográficos y sociales – además de la pandemia COVID-19, el cambio climático y la desigualdad racial – han hecho que el propósito de la industria sea más relevante e importante que nunca.
Todos los tipos de seguros requieren un propósito claro y fuertes protecciones. Pero la industria de la vida y la jubilación se enfrenta a un conjunto único de desafíos y oportunidades. Con programas de retiro patrocinados por el gobierno que no cuentan con fondos suficientes y una creciente inseguridad sobre el futuro, más personas buscan soluciones de protección e ingresos. Pero para cumplir con el momento, las aseguradoras de vida deben navegar con tasas de interés persistentemente bajas, así como modernizar la tecnología, actualizar sus ofertas de productos y servicios, perfeccionar los modelos de distribución y volver a darle herramientas a la fuerza laboral. Hay múltiples desafíos que deben ser manejados a la vez.
Sin embargo, la ventaja potencial es convincente para las empresas que pueden dominar las muchas partes móviles de la transformación. Los 240 billones de dólares previstos para la jubilación y los 160 billones de dólares de brechas de protección en 2030 apuntan al potencial de crecimiento de la industria, y a su capacidad de hacer una enorme contribución al bienestar general de la sociedad.