Conozca a los Escépticos de la Tecnología

Para ofrecer un gobierno digital más eficaz, los proveedores de servicios públicos deben comprender y atender a los Escépticos de la Tecnología.

Los Escépticos de la Tecnología tienen más edad y menos ingresos. Están relativamente insatisfechos con sus vidas y temen que las cosas empeoren para las generaciones futuras. Pocos creen que los jóvenes de hoy tendrán una vida mejor que la de sus padres. Los Escépticos de la Tecnología están preocupados por su seguridad financiera, desconfían del gobierno y no están convencidos de los beneficios de la tecnología. Utilizan la tecnología para tareas básicas pero no creen que vaya a resolver los problemas de la sociedad. Así que, aunque tienen habilidades digitales básicas, pocos ven el sentido de desarrollarlas más. Los Escépticos de la Tecnología tienden a oponerse a que se compartan los datos, incluso si hay un propósito claro.

Los Escépticos de la Tecnología son el cuarto segmento más importante, con un 14% de la población total, y están más representados en Alemania, Francia, Reino Unido, Estados Unidos, México y Japón.

Conozca a Patricia – una Escéptica de la Tecnología

Patricia es una representante de nuestro segmento Escépticos de la Tecnología. Es una viuda con hijos mayores, que se va a jubilar en breve de su trabajo en el departamento de recursos humanos de una empresa de logística en Manchester, Inglaterra.

A Patricia le preocupa el estado del mundo y su propio lugar en él. Esto se debe en parte a la pandemia de COVID-19, que teme que cause daños a largo plazo en la economía, los servicios públicos y el apoyo social.

Está especialmente preocupada por su propia seguridad financiera. Sus planes de pensiones se vieron perjudicados por la crisis financiera de hace más de una década y sus finanzas para la jubilación aún no se han recuperado del todo. Debido a estas preocupaciones, Patricia ha estado ahorrando todo lo que puede cada mes, prefiriendo renunciar a lo que no es esencial para poder complementar su pensión en el futuro y no tener que depender de sus hijos.

A Patricia también le preocupa si seguirá teniendo acceso a una atención sanitaria de calidad y asequible cuando se haga mayor y empiece a necesitar más servicios. Pero la seguridad es primordial, y le gustaría que el gobierno tomara medidas para combatir la delincuencia y prepararse para cualquier crisis futura, sea cual sea la forma que adopte.

En cuanto a la tecnología, es escéptica sobre sus beneficios, ya que la considera algo que beneficia principalmente a los ricos y poderosos, y no a los ciudadanos comunes y corrientes como ella. A pesar de ello, posee un teléfono inteligente, una computadora portátil y un televisor, que utiliza para una serie de tareas limitadas, como mantenerse en contacto con amigos y familiares, y hacer compras online. Pero Patricia ve poco sentido en mejorar sus habilidades digitales. No está convencida de que la innovación tecnológica sea la clave para superar los desafíos económicos y sociales a los que se enfrenta el mundo.

Este escepticismo se confirma en parte en las relaciones de Patricia con los servicios públicos. Actualmente es una usuaria relativamente escasa de dichos servicios, pero a veces accede a los transportes y a las instalaciones sanitarias. Aunque está satisfecha con los servicios sanitarios que recibe, se muestra cínica con respecto a otros servicios públicos, desconfía en general del gobierno y quiere que la prestación de servicios públicos sea más rentable. Cuando tiene que ponerse en contacto con un departamento o agencia gubernamental, prefiere llamar y hablar con un ser humano, en lugar de intentar comunicarse por Internet.

Aunque a Patricia le gustaría que fuera más fácil acceder a los servicios, está en contra de que el gobierno utilice identificaciones digitales únicas para los ciudadanos, especialmente si éstas estuvieran vinculadas a datos personales relacionados con los ingresos. También se opone rotundamente a que el gobierno comparta sus datos personales – ya sea internamente o con empresas privadas – incluso cuando hay un propósito claro, como la lucha contra la actividad criminal o el terrorismo. Cree que cualquier beneficio de compartir datos se vería anulado por la amenaza a su privacidad y seguridad. También se muestra recelosa de compartir su información personal con las empresas cuando realiza transacciones.

Como es lógico, es poco probable que Patricia acoja las nuevas soluciones tecnológicas en sus interacciones con los servicios públicos. Evitaría tener videollamadas con su médico y no quiere utilizar aplicaciones o chatbots para ofrecer sus opiniones o presentar una queja.

Pregunta para el gobierno: ¿Cómo puede el gobierno ayudar a los Escépticos de la Tecnología que son reacios o incapaces de utilizar las herramientas digitales?