¿Cómo una fuerza laboral más resistente impulsa una recuperación más fuerte?

Por quizás la primera vez en la historia, la población humana ha estado unida en todo el mundo por una amenaza común al mismo tiempo: COVID-19. Cuando los niveles de incertidumbre y miedo son altos, nuestra capacidad humana para confiar se pone naturalmente a prueba. Ahora, más que nunca, los líderes deben poner a las personas en el centro de la organización si quieren crear la confianza que es clave para construir una verdadera resiliencia empresarial.

Adaptación de las operaciones

Según el empresario y académico estadounidense Bill George: "No importa cuán efectiva sea su estrategia, su visión o su comunicación, no logrará el resultado deseado para su organización si no puede inspirar confianza". La combinación de un plan de acción inmediato para mitigar los impactos de la pandemia con una reimaginación más a largo plazo del futuro del trabajo será fundamental para mantener y restablecer la confianza entre los clientes, los empleados y las comunidades.

Aunque todavía no se conocen plenamente las repercusiones de COVID-19 en la confianza pública, es evidente que las autoridades y los empleadores de todo el mundo tienen el deber de cuidar de sus ciudadanos y empleados, y deben ser proactivos en la preservación de la confianza para mantenerse fuertes a lo largo de la pandemia.

• Adoptar un enfoque de "dos velocidades": crear un plan de transición fiable para gestionar la continuidad de las actividades y mitigar la disrupción, al tiempo que se emprenden esfuerzos de transformación más amplios. Sin un plan claro para el camino a seguir, las organizaciones están mejor servidas al prever cómo la pandemia reconfigurará todo su negocio. Trabajar en un plan de acción inmediato para actuar para mitigar la disrupción mientras se desarrollan planes más amplios de transformación creará los cimientos más estables para que las empresas se adapten y prosperen.
  
  
• Proteger, habilitar y apoyar a los equipos que lideran a través de las crisis, estableciendo recursos para la seguridad y la gestión de las crisis y manteniendo activo el diálogo. Las incipientes tendencias hacia los acuerdos de trabajo remoto y flexible se han acelerado desde enero de 2020. Las encuestas realizadas en el Reino Unido y en los Estados Unidos muestran que el trabajo desde el hogar se ha multiplicado hasta siete veces en el entorno actual, pero la migración hacia el trabajo a distancia no ha estado exenta de dificultades. Se han reportado comúnmente sentimientos de desconexión y aislamiento. La comunicación fuerte es vital. Los líderes empresariales necesitan comunicarse pronto y a menudo, incluso cuando no conocen todas las respuestas.

• Establecer una auténtica continuidad de las actividades y las comunicaciones de gestión de crisis, manteniendo al mismo tiempo una dirección altamente visible y accesible. Los líderes empresariales se enfrentan a vientos contrarios en la transición hacia la plena actividad comercial y un compromiso visible con la fuerza laboral refleja los verdaderos valores y la fuerza cultural de una organización. Al poner a los humanos en el centro y permanecer altamente visibles, responsables y auténticos, estarán construyendo una plataforma que cimentará la salud a largo plazo tanto de la empresa como de su gente.

Construyendo la resiliencia

A medida que los líderes planean la vida más allá de la pandemia, la creación de un enfoque centrado en el ser humano para mejorar la capacidad de recuperación de las empresas puede no sólo impulsar una recuperación más rápida sino también permitir que las organizaciones surjan más fuertes que nunca.

• Los jefes de recursos humanos (CHRO) deben integrarse con las demás funciones para coordinar una respuesta confiable, centrada en el ser humano, asegurando el apoyo del liderazgo. La función de recursos humanos puede ser la primera línea de resiliencia para las personas y la fuerza laboral durante una crisis, pero los equipos deben trabajar de manera integrada – junto con las operaciones, las finanzas, la tecnología de la información, las relaciones jurídicas y las relaciones con los inversores – para construir un cuadro completo de cada punto de contacto y sistema que debe ser reimaginado para servir mejor a la fuerza laboral futura. En todo esto debe haber un liderazgo poderoso y decidido: un compromiso inquebrantable con el propósito y una fuerte cultura que sirva como la estrella indiscutible del norte que unirá a los equipos y guiará a las empresas a través de la crisis actual.
  
  
• Reaccionar a las expectativas de los empleados de un deber de cuidado más amplio, que incluya tanto a los empleados como a los trabajadores de los contingentes, y la necesidad de mejorar las habilidades y la capacitación de los empleados para apoyar los cambios operacionales. La relación entre una organización y su fuerza laboral se ha profundizado, y muchos empleados acuden a su empleador en busca de ayuda y apoyo para sortear la crisis sanitaria. Las organizaciones tendrán que exigir una mayor responsabilidad a su fuerza laboral, incluidos los trabajadores a tiempo parcial y los trabajadores eventuales.
  
  
• Hacer coincidir la capacidad de la fuerza laboral con las consideraciones financieras y de riesgo vinculadas a los niveles más bajos de actividad económica y la demanda de los clientes. Las empresas se enfrentan a importantes desafíos en lo que respecta a la modelización de su fuerza laboral frente a la continua evolución de la incertidumbre económica, transfronteriza y normativa. El cambio es generalizado, sin embargo, las organizaciones que sitúan a su personal en el centro de todas las decisiones seguirán fomentando la confianza con su fuerza laboral y la comunidad en general, promoviendo la capacidad de resiliencia y desbloqueando el valor a largo plazo para todos los stakeholders.

Poner a la gente en el centro para que emerja transformada

Las organizaciones, junto con su gente y su fuerza laboral, están navegando por aguas desconocidas. Al colocar a sus empleados en el centro de todas las decisiones, las empresas cultivarán la confianza no sólo con su fuerza laboral, sino también con sus clientes y stakeholders. Aquellos que lo hagan construirán la resiliencia de la empresa y saldrán transformados en el mundo post-pandémico.