COVID-19 significará un cambio del panorama empresarial. Para las empresas que consideren adquisiciones e inversiones, esto es lo que necesitan saber.
Tan sin precedentes como los acontecimientos que se están desarrollando actualmente, la pandemia mundial COVID-19 pasará finalmente. En consecuencia, algunas organizaciones se habrán visto afectadas negativamente por el curso de la crisis; otras tratarán de moverse estratégicamente para replantear sus operaciones.
Por lo general, las recesiones crean más oportunidades para las transacciones porque las empresas se sienten motivadas a centrarse en su actividad principal y a deshacerse de las actividades no esenciales. No sólo el margen entre la oferta y la demanda suele ser reducido, sino que además más vendedores encuentran necesario realizar transacciones debido a las limitaciones de capital y de rendimiento
Según una reciente encuesta de EY, los CEOs esperan realizar transacciones como parte de su estrategia para reformar sus negocios. Cuando miramos hacia atrás a la crisis financiera global, está claro que moverse con rapidez y certeza es la clave para maximizar el valor. Sin embargo, hacerlo conlleva cierto grado de riesgo, especialmente en el entorno posterior a COVID-19.
Hemos elaborado un marco para los inversores que piensen en realizar transacciones en los próximos dos años, que les permitirá comprender mejor los riesgos y oportunidades subyacentes de invertir en activos en dificultades y deteriorados.